Volkswagen quiere ser la Apple de la industria del automóvil

Apple, desde los inicios de la era smartphone, ha conquistado el corazón -y bolsillo- de millones de consumidores en todo el mundo. Es más, ha conseguido que una parte de sus usuarios dedique ingentes cantidades de su renta a la compra de sus productos tecnológicos y servicios ofrecidos a través de Internet.

Es un ejemplo modélico para aquellos a los que les apasiona el mundo de la estrategia empresarial. ¿Qué define a Apple para que sea diferente a cualquier otro terminal que cuente, por ejemplo con un sistema operativo basado en Android? ¿Por qué la compañía de Cupertino disfruta de márgenes inagotables cuando otros fabricantes deben calcular euro arriba euro abajo sus precios?

La imagen que ha tejido la marca de la manzana a lo largo de estos años le ha hecho contar con una reputación envidiable por la industria móvil. Volkswagen, en este sentido, no ha permanecido ajena a lo vivido en esta industria. De hecho, ya habría definido las pautas para conseguirlo en la automoción, un mercado en el que está inmerso en un proceso completamente disruptivo.

Es más, Volkswagen está dispuesta a llevar a cabo una limpieza de su marca por el deterioro sufrido en los últimos años. El conocido popularmente como Dieselgate, o escándalo de las emisiones contaminantes, unido a la filtración del estudio experimentado con primates y personas, ha hecho mucho daño a la compañía.

La estrategia I.D, presentada en el pasado Salón de Frankfurt, se implementará a partir de 2019, siendo la década próxima el esperado despegue de las variantes eléctricas en la mayor parte de la gama. Ahora bien, ¿qué tiene que ver Apple en todo esto? La firma alemana se habría fijado en la compañía californiana para impulsar el proyecto.

Apple, del mismo modo que Volkswagen, ha visto dañada su imagen por el problema de las baterías de los terminales más antiguos. La acusación de obsolescencia programada ha caído como una losa en la tecnológica, pero aun así, cuentan con una popularidad que no cuenta con comparativo alguno. ¿Es esto lo que busca la filial más importante del grupo Volkswagen?

En los últimos meses, Porsche es la subsidiaria del holding que más parece haber apostado por la conducción eléctrica. Buena prueba de ello es el desarrollo del Mission E, el cual se espera que comience a ser producido entre finales de 2018 y principios del año siguiente.

No obstante, Volkswagen es la firma sobre la que se basará la estrategia eléctrica de todo el grupo empresarial. La rama I.D será el punto neurálgico sobre el que se asentará todo el mercado eléctrico de unos de los mayores gigantes de la automoción en la actualidad.

Según se puede leer en el portal Híbridos y Eléctricos, la principal seña de identidad de los futuros coches eléctricos del fabricante alemán estará relacionada con la sencillez y originalidad de los productos de Apple. De hecho, Klaus Bischoff, el máximo exponente de la firma automovilística en materia de diseño, así lo ha querido dejar claro a través de unas declaraciones.

Actualmente estamos redefiniendo los valores de Volkswagen para la era de la electrificación. Intentaremos ser lo más claro posible y también visualizar una arquitectura completamente nueva.

La cúpula de la firma está tratando de posicionarse próxima a la estrategia seguida por la compañía de Cupertino, la cual siempre ha estado asociada a la calidad sin apostar por diseños rompedores o futuristas. ¿Cuándo podríamos sentirlo palpable en la industria? El lanzamiento del primer proyecto, ya en 2019, servirá de base para hacernos a la idea.

Volkswagen apostará por lo eléctrico desde 2019

Actualmente, la firma alemana, dispone de su propia línea de vehículos híbrida y eléctrica. La línea GTD, presente en varios modelos de la gama, y el e-Golf, la versión puramente eléctrica de la compañía, son sus principales frentes para competir en el mercado. Como es lógico entender, esto no es lo más idílico para creer que revolucionarán el mercado.

El grupo Volkswagen será uno de los grupos empresariales que mejor posicionados estarán cuando las alternativas eléctricas se vuelvan opciones competitivas en el mercado. Ya sea aprovechando el nombre de modelos tradicionales, o apostando por una línea paralela, lo cierto es que conseguirán hacerse con su propia cuota de mercado.

Lo que es más difícil pronosticar, a sabiendas de la llegada del coche eléctrico asegurada, es cuándo se decidirá renunciar a las mecánicas tradicionales. Es importante, llegados a este punto, destacar que los fabricantes, en los últimos años, han invertido ingentes cantidades de dinero en la mejora de las mecánicas gasolina y diésel.

¿Renunciarán al retorno de la inversión? Es una decisión difícil de responder. Si optasen por esta posición podríamos estar ante un retraso en la llegada de lo eléctrico, pero aquellos que se decantasen por las mecánicas alternativas verían contar con una mejor posición para aprovechar el tirón.

Lo único que es seguro es que, durante los próximos meses, se producirán movimientos en sentido contrario entre los diferentes fabricantes. ¿Qué compañías saldrán respaldadas por el mercado? Las cifras de comercialización nos lo irán chivando.

FUENTE: https://urbantecno.com/motor/volkswagen-apple-industria-automovil